De pronto, una columna de humo negro se unió a ellas, que salieron espantadas hacia el horizonte. El crepitar de las llamas se escuchaba desde varias leguas de distancia. El fuego se abría paso a lametazos ardientes entre la floresta, carbonizando todo lo que se interponía a su inexorable paso. La hormiga que tan afanosamente trabajaba, inconsciente de su situación, pronto se vio rodeada de un mar rojo enfurecido. Lo único que lamentó antes de perder tan dolorosamente su existencia, fue no haber depositado su mercancía en el hormiguero que tenía por hogar.La libélula agitó sus alas desesperada, intentando volar más alto de lo que nunca antes lo hubiera hecho. El humo denso y negro que expiraba el incendio le impedía ver hacia donde se dirigía. Sus reticuladas alas pronto quedaron consumidas por el calor. Su cuerpo vivo e inútil cayó sobre un montón de hojas secas.
lunes, 24 de noviembre de 2008
La libélula y la hormiga
De pronto, una columna de humo negro se unió a ellas, que salieron espantadas hacia el horizonte. El crepitar de las llamas se escuchaba desde varias leguas de distancia. El fuego se abría paso a lametazos ardientes entre la floresta, carbonizando todo lo que se interponía a su inexorable paso. La hormiga que tan afanosamente trabajaba, inconsciente de su situación, pronto se vio rodeada de un mar rojo enfurecido. Lo único que lamentó antes de perder tan dolorosamente su existencia, fue no haber depositado su mercancía en el hormiguero que tenía por hogar.La libélula agitó sus alas desesperada, intentando volar más alto de lo que nunca antes lo hubiera hecho. El humo denso y negro que expiraba el incendio le impedía ver hacia donde se dirigía. Sus reticuladas alas pronto quedaron consumidas por el calor. Su cuerpo vivo e inútil cayó sobre un montón de hojas secas.
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1 comentario:
Por mas cosas que tengas que hacer, la parca siempre te sorprenderá.
muy bonito.
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